De todas las empresas realizadas por la actual administración universitaria, la Escuela de Medicina ha sido, en cierto sentido, la más feliz” (Jaime Benítez, 1950)1

El 15 de mayo de 1949, se aprobó por la Asamblea Legislativa de Puerto Rico la ley (Núm. 378) que encomendaba al Consejo Superior de Enseñanza de la Universidad de Puerto Rico (UPR), el establecimiento de la Escuela de Medicina de la UPR; a la vez, que derogaba la ley que regía la Escuela de Medicina Tropical, la cual había sido creada, en 1926, con el coauspicio de la Universidad de Columbia en Nueva York. La ley de 1949, instruía al Consejo Superior de Enseñanza, emplear los recursos y el personal, tanto de la Universidad, como de la Escuela de Medicina Tropical, en la formación de la nueva escuela.

La aurora de la nueva Escuela de Medicina, representaría el ocaso de la Escuela de Medicina Tropical. La Escuela de Medicina Tropical fue la sucesora del Instituto de Medicina Tropical (1912) y de la Comisión de Anemia (1904), y el producto de los esfuerzos de investigación y salubridad de los doctores Bailey K. Ashford, Pedro Gutiérrez Igaravidez, e Issac González Martínez.2 Los últimos dos renunciaron durante la transformación de Instituto a Escuela de Medicina Tropical, por el asunto de colocar la nueva institución bajo el control de la Universidad de Columbia.3 La Escuela de Medicina Tropical, que eventualmente se convertiría en un centro de prestigio internacional, estaba dedicada, principalmente, a la investigación médica de las enfermedades tropicales y a la educación post-graduada de médicos interesados en adiestrarse en la investigación y el tratamiento de las enfermedades típicas de las regiones tropicales. La Escuela contaba, desde 1929, con un Hospital Universitario, donde la facultad clínica brindaba atención hospitalaria general y a condiciones de particular interés de la medicina tropical. Asociado, tanto al Instituto, como a la Escuela de Medicina Tropical, se encontraba la revista The Puerto Rican Journal of Public Health and Tropical Medicine, que se mantuvo, por largos años (1925-1951), como una publicación de renombre y prestigio mundial.

A diferencia de la Escuela de Medicina Tropical, la nueva Escuela de Medicina se inició con la encomienda principal de formar médicos y profesionales para atender las necesidades de salud del pueblo puertorriqueño. No obstante, en rigor, puede decirse que la Escuela de Medicina Tropical constituyó la base, material y humana, sobre la que se levantó y edificó la Escuela de Medicina de la UPR. En las palabras de uno de los primeros decanos de la Escuela de Medicina, el doctor E. Harold Hinman, a raíz de la graduación de la primera clase de medicina, los objetivos de la novel escuela eran los siguientes: The primary purpose of the School of Medicine is to advance medical service in Puerto Rico and elsewhere by: a) Training competent physicians devoted to the general practice of medicine. b) Actively supporting medical research with special emphasis on problems pertaining to tropical and preventive medicine for which Puerto Rico provides unique opportunities. c) Providing for and stimulating the training of non-medical personnel in the auxiliary fields of medicine and public health. d) Providing postgraduate refresher courses and other academic and laboratory aids to help practitioners to keep abreast of new discoveries and techniques in medical science. (p. 114) 4

La educación médica en Puerto Rico había evidenciado esfuerzos modestos en épocas anteriores. Durante el siglo 19, se establecieron varios proyectos de educación médica en la forma de “cátedras” en medicina y cirugía: a) la cátedra del médico puertorriqueño José Espaillat, con el apoyo del cirujano venezolano José M. Vargas, en el Hospital Militar de San Juan-establecida por Real Orden, en 1916, y que, según Salvador Arana Soto5, pudo haber durado hasta el 1840; y b) las cátedras de medicina creadas en 1888, por el Ateneo Puertorriqueño, con la colaboración de la Universidad de La Habana, a donde iban a proseguir estudios los aspirantes a médicos-cátedras que duraron hasta el cambio de soberanía, en 18986.

Aunque la intención de crear una Escuela de Medicina quedó plasmada en la ley original de la UPR, del 12 de marzo de 1903, y, además, lo que vendría a ser la Escuela de Medicina Tropical se visualizó, en sus inicios, como una escuela de medicina en propiedad, el contexto histórico que propició la creación de la primera escuela de medicina en Puerto Rico lo constituyó la Segunda Guerra Mundial. La relativa escasez de médicos existente se acentuó con el ingreso al servicio militar de más de cien médicos que laboraban en el país, al inicio de la guerra7. De acuerdo a Hinman8, con la guerra, también, disminuyeron las oportunidades de aceptación e ingreso de estudiantes puertorriqueños en escuelas de medicina estadounidenses, debido a la urgencia de acelerar el adiestramiento de médicos para el servicio en las fuerzas armadas. Así, pues, en la década de 1940, el estado precario de las condiciones de salud del pueblo y la relativa escasez de profesionales, sirvió de fundamento y justificación social para el reclamo dirigido a formar dentro del país los profesionales médicos y de la salud que tanto necesitaba Puerto Rico.

La propuesta para el establecimiento de la primera Escuela de Medicina en Puerto Rico, estuvo asociada a diversos conflictos. Entre los dos más importantes, uno, se dió al interior de la Universidad y, otro, al exterior de la academia. El primero, de mayor interés, tomó la forma de cierta resistencia por parte de la dirección y la facultad de la Escuela de Medicina Tropical9. La tensión tenía sus orígenes, en primer lugar, en la autonomía que gozaba Medicina Tropical -contaba con su propia junta de síndicos y con el coauspicio mencionado de Columbia- y la amenaza que la propuesta representaba a dicha independencia; y en segundo lugar, en la manera en que Medicina Tropical podía colaborar con la formación de la nueva escuela -la nueva institución podía verse como producto de la transformación orgánica de Medicina Tropical, o la liquidación de la vieja estructura se podía ver como necesaria para el surgimiento de la Escuela de Medicina. El conflicto externo estaba relacionado con la localización geográfica de la nueva escuela de medicina. Un grupo inportante de legisladores y alcaldes asociados al partido político en el poder, favorecía, de forma intensa y activa, la localización de la escuela en la ciudad señorial de Ponce, mientras que los funcionarios de la Universidad entendían que la misma tenía que estar ubicada en la ciudad capital de San Juan10.

El 21 de agosto de 1950, se funda la Escuela de Medicina de la UPR, en el edificio de la desaparecida Escuela de Medicina Tropical, en San Juan. Edificio, que, hoy en día, lleva el nombre del otrora senador Antonio R. Barceló, quien jugó un papel muy importante en la fundación de la Escuela de Medicina Tropical-aunque bien podría llevar el nombre de Bailey K. Ashford. El Hospital Universitario, ubicado en el edificio de Medicina Tropical, fue convertido en dormitorio para estudiantes11. La nueva escuela utilizaría el Hospital Municipal de la Capital como su taller clínico principal para el adiestramiento de sus estudiantes12. De Medicina Tropical, la Escuela de Medicina de la UPR heredaría el que es, en la actualidad, el prestigioso “Caribbean Primate Research Center”-fundado en el año de 193613.

La creación de la Escuela de Medicina se atribuye principalmente al liderato y tesón del entonces Rector de la UPR, don Jaime Benítez. En su discurso inaugural de 1950, Benítez expresó las siguientes palabras: Dentro de ese espíritu de cooperación, de endoso colectivo que a todos nos obliga se inicia esta escuela médica hoy. Al abrir orgullosamente estas nuevas aulas, la Universidad lo hace con un profundo sentido de responsabilidad, con plena conciencia de lo que va espiritualmente en juego para nuestro país, con el sentido profundo de que a fin de cuentas lo importante no es que tengamos aquí escuela de medicina y que tengamos 50 ó 100 ó 200 médicos adicionales. Lo importante es que esta inyección de juventud, de savia y de entusiasmo nuevo, sirva para ampliar el sentido de responsabilidad hacia esta tierra, hacia el dolor, el sufrimiento y la enfermedad. (pp. 4-5)14

En ese discurso, Benítez señala las cuatro fuentes de las que se nutrió la facultad inicial de la Escuela de Medicina; a saber: “La hemos traído de Estados Unidos en parte, la hemos reclutado en parte de Medicina Tropical, en parte de la Universidad de Puerto Rico y en parte de la clase médica de nuestra tierra” (p. 3). Desde sus inicios, la Escuela de Medicina constituyó el “núcleo inicial”, o célula matriz, de las diferentes escuelas de profesionales de la salud que, al día de hoy, conforman el Recinto de Ciencias Médicas (RCM); como atestigua el discurso inaugural del rector Benítez: “El viernes se matricularon ustedes conjuntamente con los estudiantes de tecnología médica, de ingeniería sanitaria, de enfermería y educación en salud pública” (p. 2). De hecho, como menciona el doctor Carlos Girod: “aun antes de que se graduaran sus primeros médicos”, en 1954, “en la graduación de junio de 1953, se otorgaron doce grados de maestría en Salud Pública y dieciséis en Tecnología Médica” (p. 86)15. El futuro del RCM, quedaba así prefigurado en el discurso inaugural de Benítez: “Nos proponemos complementar esta escuela de medicina con una escuela de dentistería. Esperamos desarrollar una escuela de enfermeras. Al mismo tiempo estimularemos todas las disciplinas técnicas necesarias al mayor desarrollo de la medicina en nuestro país” (p. 3).

En 1949, en un debate previo al establecimiento de la Escuela de Medicina, Jaime Benítez mencionó que la razón principal por la cual todavía la escuela no había sido inaugurada, residía en que la meta de establecer un centro académico de calidad demanda esfuerzos y recursos extraordinarios16. En unas palabras dirigidas a los estudiantes de medicina, el 12 de septiembre de 1950, Benítez mencionó, además, lo siguiente: “La Escuela de Medicina no habría sido posible sin el reconocimiento de la Universidad en Puerto Rico y fuera de Puerto Rico, como un centro de enseñanza superior, responsable, exigente y cuidadoso de las más altas normas académicas” (p. 1)17. Así, pues, estos dos factores constitutivos han jugado y continuarán jugando un papel importante en el desarrollo histórico y en el desempeño de la Escuela de Medicina de la UPR: la meta de excelencia establecida desde su origen, bajo el amparo de una institución de educación superior de prestigio.

En su recuento histórico de la Escuela de Medicina de la UPR, Carlos Girod describe el desarrollo de la Escuela en una serie de etapas cronológicas18. Primero, 1950-59-período de fundación e institucionalización, en la cual el primer líder académico lo fue el doctor Harold Brown (1949-50), de la Universidad de Columbia, y le sucedieron, como decanos, los doctores Donald S. Martin (1950-52) y E. Harold Hinman (1952-59). El currículo establecido siguió el modelo “tradicional” del Colegio de Médicos y Cirujanos de Columbia. En el 1954, antes de la primera graduación de médicos, la Escuela recibió su primera acreditación por la Asociación de Colegios de Medicina Americanos19. En esta etapa, la Escuela ya adiestraba a un gran número de especialistas en diferentes ramas de la medicina, en el Hospital Municipal de la Capital20. En 1959, un grupo de egresados funda la Sociedad de Médicos Graduados de la Escuela de Medicina de la UPR.

Segundo, 1960-66-etapa caracterizada, por Girod, como de “unión” entre el Departamento de Salud y la Escuela. Comienza con la mudanza del taller clínico al Hospital de Distrito Universitario en Río Piedras, en 1960, y concluye con la reorganización de la Universidad (nueva Ley Universitaria de 1966) y el establecimiento del Recinto de Ciencias Médicas en el Centro Médico. En este período, fueron decanos el doctor José R. Vivas (1959-63) y el primer decano graduado de la misma escuela, de la primera clase, el doctor Adán Nigaglioni (1963-67), quien pasaría a ocupar, en 1967, la primera incumbencia de la rectoría del recién formado recinto. Dentro del esquema de regionalización de los servicios de salud pública, la Escuela asumió la atención directa de pacientes de la Región de Salud de Bayamón y la responsabilidad de los hospitales A. Ruiz Soler y de Psiquiatría. En julio de 1960, como indica el doctor Francisco Joglar: “el entonces Consejo Superior de Enseñanza aprobó la creación de los programas graduados de maestría y doctorados en las Ciencias Biomédicas”; y hoy en día, se ofrecen ambos grados en las disciplinas de Anatomía, Bioquímica, Microbiología, Farmacología y Fisiología (p. 96)21.

Tercero, 1966-73-los decanos de la Escuela durante este período lo fueron los doctores José E. Sifontes (1967-71) y Carlos E. Girod (1971-75). Aunque ya se habían dado algunos intentos de revisión curricular, a finales de la década de 1950 y a principios de los 60, es entre el 1968 y el 1972, cuando ocurre la primera gran revisión del currículo de medicina-se establecen objetivos educativos, con un enfoque de cursos de contenido medular organizados por sistemas, enseñados por una facultad multidisciplinaria con una mayor integración básica-clínica, utilizando métodos modernos de educación y medición, con una mayor participación del estudiante, fortaleciendo las ciencias de la conducta, la prevención y la medicina general, ante una creciente especialización de la medicina, y preparando al futuro médico para una práctica médica en grupo22. El creciente aumento en el número de estudiantes fomenta una mayor participación de hospitales afiliados en la enseñanza clínica, tanto en el Centro Médico, como a través de toda la Isla-hay que destacar, en particular, la continua afiliación y colaboración del Hospital de la Administración de Veteranos en San Juan y del Hospital Municipal de San Juan en el Centro Médico. En 1968, además, se establece en San Juan, bajo la Escuela de Medicina de la UPR, el Laboratorio de Neurobiología, dirigido por el doctor José del Castillo23.

Cuarto, 1973-76-la Escuela se muda, en 1972, a un novel edificio en el Centro Médico y se implanta el nuevo currículo en la clase entrante del 1972-7324. En septiembre de 1975, comenzó la mudanza a las nuevas instalaciones pediátricas en el Hospital Universitario de Niños25. Por medio de una asignación presupuestaria de la Legislatura, comienza, en 1975, el Consorcio Educativo de enseñanza clínica con los Centros Médicos de Mayagüez, Ponce y Caguas26. En 1976, se revisa exhaustivamente la misión y las metas de la Escuela de Medicina de la UPR, identificándose los problemas ocasionados por el continuo crecimiento y expansión de los programas de servicio y enseñanza, y haciéndose una reflexión del nuevo currículo; se habla ya de establecer un plan de práctica intramural de la facultad, de enfatizar la enseñanza de la medicina primaria y la medicina de familia, así como del fortalecimiento de la educación médica graduada.27 En 1976, como parte de una reorganización general del Recinto de Ciencias Médicas, se crea la División y el Decanato Asociado de Ciencias Biomédicas en la Escuela de Medicina. Ese mismo año, se aprobó el ofrecimiento de un grado combinado de M.D. y Ph.D; reflejando la creciente integración de la medicina y las ciencias básicas biomédicas.

Quinto, varias etapas, entre 1976-93-en este período fueron decanos de la Escuela los doctores Enrique Pérez Santiago (1976-78) y Pedro J. Santiago Borrero (1978-1985), la doctora Nydia R. de Jesús (1986-90) y el doctor Francisco J. Muñiz (1990-92). Esta etapa comienza con el surgimiento de tres nuevas escuelas de medicina en Puerto Rico: primero, la Universidad Central del Caribe (1976), luego, la que eventualmente terminaría llamándose Escuela de Medicina de Ponce (1977) y, finalmente, la Escuela de Medicina San Juan Bautista (1978-79). Estas escuelas se nutrirán de la experiencia e, incluso, del aporte directo de la facultad de la Escuela de Medicina de la UPR. La revisión de las metas de la escuela, antes mencionada, dió lugar a una nueva revisión curricular que representó, en cierta forma, una marcha hacia atrás de la revisión curricular de 1972-los problemas generados por el uso inadecuado de objetivos instruccionales terminales, debilitó los logros obtenidos en los diseños de cursos de contenido medular organizados por sistemas y en la integración de la facultad de las ciencias básicas y clínicas. Al inicio de esta etapa, de acuerdo a Girod:28 “el número de estudiantes aumentó hasta 150… por clase entrante”, mediante los “Capitation Grants” de legislación federal, dirigidos a aumentar el número de médicos en Estados Unidos (pp. 88-89); y, en el período de 1982-93, “comienzan a disminuir las clases entrantes y se estabilizan… en unos 100-110 estudiantes de medicina por año” (p. 89). Según Girod, esta etapa “representa la extensión de la facultad de la Escuela de Medicina a otros lugares fuera del Centro Médico” (p. 89); como lo es el Hospital de área de Carolina-que se convertiría, eventualmente, en Hospital de la UPR. En el Centro Médico, se inaugura, en agosto de 1992, el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe, donde labora un grupo significativo de la facultad de la Escuela.

Sexto, la etapa actual, de 1993 al presente-en este período la Escuela cuenta con el liderato de los siguientes decanos: la doctora Nilda Candelario (1992-1995) y los doctores Angel Román Franco (1995-2000) y Francisco Joglar (2000-). El período comienza con la implantación, en 1993, de la reforma de salud gubernamental, consistente en la eliminación del programa de regionalización y en la privatización de los servicios de salud pública-a través de las aseguradoras como intermediarios. La reforma ha impactado de forma significativa los talleres de enseñanza clínica, el papel y la función del Centro Médico, los fondos presupuestarios gubernamentales para la facultad clínica, y ha planteado la necesidad de reorganizar la educación médica graduada. Al cambiar el sistema de prestación de servicios públicos de salud, se alteró fundamentalmente la relación histórica entre el Departamento de Salud y la Escuela de Medicina de la UPR; lo que representa un reto grande para el liderato académico y la facultad de la Escuela. En este sentido, la Escuela se encuentra en un momento histórico de transición y redefinición. En junio de 1995, termina el Consorcio Educativo con los Centros Médicos de Ponce, Caguas y Mayagüez; aunque con este último se mantuvo activa la colaboración mediante un nuevo enlace educativo. Bajo el liderato de la doctora Candelario, se llevó a cabo una reforma curricular que se caracterizó, principalmente, por un énfasis en la medicina primaria y preventiva, por una reducción en el tiempo asignado a los cursos, por un aumento de las correlaciones clínica-básicas, y por la incorporación de nuevas estrategias educativas. Durante los últimos años, comenzando con la dirección del doctor Román Franco, la orientación académica de la Escuela se ha caracterizado por una revisión curricular significativa. La misma se ha distinguido, principalmente, por lo siguiente: una reducción considerable del tiempo lectivo en las ciencias básicas, una filosofía educativa que propicia que el estudiante de medicina se convierta en un autodidacta, un aumento en los estándares educativos mediante nuevos requisitos de promoción y graduación, un incremento sustancial de la informática educativa, y un proceso donde los estudiantes se convierten en el centro y sentido del esfuerzo educativo.

La semblanza que hiciera el doctor Francisco Joglar de la Escuela de Medicina de la UPR, en los actos de graduación, con motivo de la celebración del cincuentenario de la Escuela, publicados en la revista del Recinto de Ciencias Médicas, Puerto Rico Health Sciences Journal, resume algunas de las principales hazañas y logros obtenidos por la facultad de la Escuela.29 En este corto ensayo, es justo finalizar el mismo con una edición de las palabras del doctor Adán Nigaglioni Loyola, sobre lo que él considera ha representado la Escuela de Medicina de la UPR para Puerto Rico:

 

  1. La más visible contribución de esta Facultad es ese núcleo de médicos graduados que han poblado la Isla y varios sectores poblacionales de Estados Unidos.
  2. La Escuela de Medicina ha democratizado la profesión médica en la Isla.
  3. En colaboración con el Departamento de Salud, la Escuela de Medicina ha enriquecido los recursos en el campo de la salud mediante los programas de especialidades en prácticamente todas las ramas de la medicina, los programas de Educación Continuada y su decidido apoyo a todas las ciencias aliadas a la salud.
  4. La Escuela de Medicina ha contribuido a fortalecer y expandir la productividad científica de la UPR, mediante el desarrollo de un amplio programa de investigación básica y clínica que sirvió de apoyo al desarrollo de los estudios graduados en las Ciencias Básicas. Su Facultad no sólo mantuvo sino que también amplió la rica tradición de investigación que heredó de la Escuela de Medicina Tropical y en el proceso ha enriquecido y madurado la cultura científica en la Isla y en la Universidad del Estado.
  5. Se han creado núcleos profesionales respetables fuera del área Metropolitana; Ponce, Mayagüez, Arecibo, Manatí, Fajardo, Guayama, Caguas, para mencionar algunos. En esos núcleos está la participación destacada de nuestros egresados.
  6. Ha sido la Facultad de Medicina un elemento crucial en la enorme y compleja tarea de proveer servicios de salud a los puertorriqueños. Contribuyó decididamente al anterior sistema de Regionalización de Servicios de Salud y está en vías de contribuir positivamente al nuevo sistema que el poder público ha implantado en los últimos años.
  7. Finalmente, la Escuela de Medicina ha representado un punto de luz, entre otros, que ha permitido a este país brillar por su propia luz durante los últimos cincuenta años. (pp. 180 y 182)30

Raúl Mayo Santana, Ph.D. 30 de septiembre de 2001

1Benítez, J. (1950). Discurso pronunciado por el rector Jaime Benítez el 21 de agosto de 1950, al iniciar la Universidad la enseñanza de medicina en Puerto Rico. Copia del Archivo Central, UPR, Recinto de Río Piedras, en Colección Puertorriqueña, Biblioteca del RCM, p. 3.
2Padín, J. (1939, March). “The School of Tropical Medicine.” Columbia University Quarterly, 22-32.
3Ashford, B.K. (1998, 1934). A soldier in science: the autobiography of Bailey K. Ashford. San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, p. 359.
4Hinman, E.H. (1954). “The evolution of The University of Puerto Rico School of Medicine.” En El Bohique, pp. 112-116. (Primer anuario de los egresados)
5Arana Soto, S. (1978). El Dr. José Espaillat y la enseñanza médica en Puerto Rico. San Juan: Academia Puertorriqueña de la Historia, pp. 9-13, 43-46.
6Ibid., pp. 159-161.
7Ramírez de Arellano, A.B. (1989). “A ‘Class A’ Institution: The Struggle for the University of Puerto Rico School of Medicine.” Puerto Rico Health Sciences Journal, 8, 265-270.
8 Op. cit., p. 114.
9Ver: Ramírez de Arellano, A.B. (1990). “The politics on medical education in Puerto Rico: 1946-1950.” Puerto Rico Health Sciences Journal, 9, 185-192; y los comentarios al artículo por: Federico Hernández Morales (pp. 193-194), Enrique Pérez Santiago (pp. 195-196) y Jaime Benítez (p. 197).
10 Ramírez de Arellano (1989), op. cit., p. 268.
11Pérez Santiago, E. (1990). Comentario. Puerto Rico Health Sciences Journal, 9, 195-196.
12 Girod, C.E. (2001). Recuento histórico Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico 1950- 2000. Puerto Rico Health Sciences Journal, 20, 85-93, p. 86.
13 Escuela de Medicina de la UPR (1980-81). Annual Report, vol. 1, p. 68.
14Benítez, J. (1950), op. cit.
15Girod (2001), op. cit.
16Benítez, J. (1949). “The position of the University of Puerto Rico.” Boletín de la Asociación Médica de Puerto Rico, 41, 25-26.
17Benítez, J. (1950). Palabras del Rector a los estudiantes de medicina, en la noche del martes 12 de septiembre de 1950. Copia del Archivo Central, UPR, Recinto de Río Piedras, en Colección Puertorriqueña, Biblioteca del RCM.
18Girod (2001), op. cit.
19García Palmieri, M.R. (1963). El impacto de la Escuela de Medicina en nuestra práctica médica. Boletín de la Asociación Médica de Puerto Rico, 55, 149-150.
20Girod, C.E. (1973) Presentación de la educación médica en Puerto Rico. Bases para establecer una política educativa (Informe de Comité). Buhiti, 3 (3), Apéndices, Tabla 13D.
21Joglar, F. (2000). Semblanza de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. Puerto Rico Health Sciences Journal, 20, 95-97.
22Noya Benítez, J. (1970). La planificación del nuevo currículo (Plan de Currículo, Comité de Currículo). Buhiti, 1 (2), 5-40.
23 Cordero ávila, J. (1971). Laboratorio de Neurobiología. Buhiti, 1 (3), 14-15.
24 Nigaglioni, A. (1971). Nuevo edificio de Ciencias Médicas. Buhiti, 2 (2), 7-10.
25Sifontes, J.E. (1976). El Hospital Universitario de Niños. Buhiti, 6 (3), 9-14.
26de Jesús, N.R. (1976). Resumen del Informe Final del Comité Ad Hoc del Rector, para la Revisión de la Misión de la Escuela de Medicina. Buhiti, 7 (1 & 2), 3-26, (p. 18).
27Ibid.
28 Girod (2001), op. cit.
29 Joglar (2000), op. cit.
30Nigaglioni Loyola, A. (2000). Apuntes históricos sobre la Escuela de Medicina. Convención Cincuentenario 2000. Sociedad de Médicos Graduados de la Escuela de Medicina de la UPR, 170-182.